Se conocieron mientras estudiaban enología y viticultura y a medida que se adentraban en el mundo del vino dejaron claro lo que querían. Se enfocan en la producción de vinos naturales, con poca intervención, vinos que reflejaran el suelo y clima de Baja California, sin alteraciones ni modificaciones. Su filosofía es usar las manos en el proceso del vino creando una conexión y mejorar la calidad. No existen vinos que se puedan repetir ya que optan por usar las levaduras nativas de la uva y prefieren no intervenir en el proceso para alcanzar un vino expresivo y aromático. Actualmente tienen una hija llamada Elisa, a la cual le hicieron una línea de vinos en honor a ella llamados Espíritu Libre Salvaje.